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Wednesday, April 11, 2007

Empatiza y vencerás.

EMPATIZA Y VENCERÁS
El valor de ponerse en la piel del prójimo.

Desde hace unos meses venimos valorando distintos factores del trato con el cliente, liderazgo, comunicación… que no están siendo tratados como deberían cuando realizamos cursos de formación para nuevos profesionales. La importancia de nuestro trabajo no sólo a nivel de salud física sino como animadores sociales e incluso en más casos de los que pensamos, educadores (dada nuestra influencia sobre los clientes-socios-alumnos) nos lleva a plasmar, también como instructores, nuestras inquietudes y conocimientos (aúnque siempre escasos) sobre la materia. No te tomes estos artículos como una simple lectura, ni tampoco como un manual a llevar a rajatabla, simplemente úsalos como medio para empezar a desarrollar tus habilidades no sólo técnicas, sino en el trato humano.


Simpatía: Sentimiento, generalmente instintivo, de afecto o inclinación hacia una persona o hacia su actitud o comportamiento, que provoca encontrar agradable su presencia.

Antipatía: Sentimiento, generalmente instintivo, de repulsa o rechazo hacia una persona o hacia su actitud o comportamiento, que provoca encontrar desagradable su presencia

Apatía: Sentimiento, generalmente instintivo, de falta de interés hacia una persona o hacia su actitud o comportamiento, que provoca encontrar indiferente su presencia

¿Existe una fórmula para conseguir que toda persona que entre en el gimnasio, sea cliente o compañero de trabajo, no nos proporcione ni antipatía ni apatía? Ni somos jefes, ni escogemos nuestros clientes, por lo que nos vemos inevitablemente resignados a compartir periodos largos (incluso horas) prácticamente a diario, por lo que debemos buscar mantener un trato lo más cordial posible. ¿Cuál es la solución?



¿DE DÓNDE SURGE EL TÉRMINA “EMPATÍA”?¿PARA QUÉ NOS SIRVE?

Expertos en inteligencia emocional, como Adele Lynn o Daniel Goleman hacen referencia a la empatía (del griego “empatheia-εμπάθεια”, que significa entrar dentro) como base fundamental de las relaciones personales, como el punto de química necesario entre dos personas que inicialmente no tienen nada ver.

La empatía es, sin necesidad de compartirlo, la capacidad apreciar los sentimientos y emociones que está sintiendo nuestro interlocutor en un proceso de interacción y comunicación con el/ella (Ortega, 2000). Llamaremos empatía cognitiva a la capacidad de comprender el estado interior de una persona y empatía afectiva o emocional a la reacción por parte del individuo que ve situaciones emocionales en otro.

Desarrollar una capacidad empática elevada nos dará pie a anticiparnos a las necesidades de quien conforma nuestro entorno (clientes, socios, compañeros de trabajo, jefes), así como poder aprovechar las oportunidades que se nos presenten.

En cuanto a sus origenes, ya en 1905 Edmund Husserl quien comenzó a tratar el tema de la empatía en sus estudios. Sin embargo, fue Edith Stein, mujer de origen polaco y que dedicó su vida a diversos estudios relacionados con la filosofía y la psicología a principios del siglo XX quien en su tesis “Problema de la empatía” (actualmente publicado por la editorial “Agapea” en castellano) hablaba de la dificultad del desarrollo de la misma, considerando imposible llegar a un 100% de sensibilidad y participación del estado de animo del otro.

Más de 1 siglo de estudio de la empatía y, sin embargo, apenas se está utilizando con efectividad en un gremio que necesita tanto del contacto personal como el nuestro. Por lo tanto, si quieres marcar la diferencia respecto al resto, haz un esfuerzo en comprender (ni tan siquiera compartir) las necesidades y deseos de tus clientes. Autores como Isidro, F. (2007) o Deltell (2006) ya utilizan el término empatía como herramienta para mejorar nuestro trabajo en los entrenamientos personales, por lo que creemos que estamos delante de un arma muy a tener en cuenta a nuestro favor.

Y es que no es fácil comprender realmente a nuestros interlocutores. A raíz de esto, cito una frase muy empleada por la Dra. Montse Dalmau, aúnque desconozco quién la creó originalmente: “Empatía es ponerse las sandalias del otro… habiéndote quitado las tuyas primero”. Y es que, si quieres que funcione tu empatía con los demás, tienes que ser capaz de ver totalmente desde la posición del prójimo, no desde la tuya en su sitio y me explico:

¿Pensamos como monitores o como alumnos?
¿Pensamos como empresarios o como clientes?
¿Todavía creemos que no se debe desarrollar más la empatía no en los empresarios, sino en los instructores, recepcionistas, étc. Que son quienes mantienen el trato diario con el cliente?

En muchas ocasiones creemos o queremos dar la sensación de actuar empáticamente cuando en realidad lo que hacemos es adaptar el supuesto pensamiento de los demás al nuestro.

Recordad, si somos capaces de desarrollar una empatía auténtica seremos capaces de:

-Evitar situaciones violentas siendo preventivos.
-Realizar evaluaciones previas y ser capaces de detectar necesidades.
-Detectar la implicación de clientes, compañeros, jefes.
-Poder abarcar un buen comportamiento con un abánico más amplio de clientes.
-Mejorar el seguimiento de los socios.


EMPATÍA: ¿ INNATA O APRENDIDA?


La misma pregunta que se hace siempre sobre las habilidades sociales o emocionales: “¿Es la empatía innata o se aprende?” Por suerte, la empatía depende tanto de factores incluso hereditarios como de la educación recibida desde la más tierna infancia:

Casos en que niños de apenas meses lloran cuando ven a otro llorar; se llevan la mano al mismo punto donde otro se ha realizado una herida o, simplemente, repetir sensaciones de angustia, son las primeras actitudes empáticas que presenciamos en el ser humano. Por otra parte, varios estudios, como el de Frans D.M. de Waal o por la Universida de McGill, han comprobado conductas empáticas entre animales (delfines, simios o incluso roedores).

Luego, a los dos años y medio se pueden tener reacciones empáticas respecto a las conductas con otros niños en su entorno (guardería, colegio), ante expresiones faciales, corporales o, simplemente, “ponerse” en el lugar del otro.

Por desgracia, el desarrollo educativo de la sociedad actual, en el que tendemos al desapego con quien nos rodea, a la importancia del “yo” respecto a las personas que nos rodean, a la falta de riqueza en la comunicación interpersonal (teléfono, Internet), bloque en buena parte nuestra capacidad innata para poder desarrollar nuestra empatía.

Por otro lado, dentro de la educación se puede reincidir en los estados de otras personas cuando se hace algo mal (“mira que daño le has hecho” en lugar de “no hagas eso”) o simplemente en situaciones cotidianas (“este niño está triste”). Por tanto, si tu trabajo se realiza con niños, la capacidad de desarrollar la empatía entre tus alumnos será una capacidad a tener en cuenta como educador.

Ortega, nos indica los siguientes pasos a seguir:

-Presentarse a los clientes de forma positiva, pero nunca prepotente.
Hablar en público sobre nuestros sentimientos por primera vez.
Aprender a presentarnos adecuadamente.
Realizar ejercicios de identificación de uno/a mismo/a

-Buscar y reconocer emociones y sentimientos comunes.
-Entender la necesidad que tiene todo el mundo de ser apreciado.
Reconocer la necesidad común de ser queridos, apoyados y ayudados en un momento u otro de nuestra vida.

-Evaluar los resultados del proceso.


¿Y CÓMO DESARROLLAMOS NUESTRA EMPATÍA?

En primer lugar, tal como indica la anteriormente citada Edith Stein en su tesis doctoral, necesitamos conocer en medida de lo posible tanto a la persona con la que intentamos ponernos en su lugar como a nosotros mismos. Cuanto mayor sea el conocimiento, mayor será la capacidad empática.

Además existen una serie de juegos o ejercicios bastante dinámicos y con resultados sorprendentes:


“EL CARA A CARA”

En dos filas (o una persona frente a la otra) expresar mediante gestos faciales y/o corporales distintas emociones y sentimientos que el interlocutor deberá reconocer.


“EXPRESIÓN DE EMOCIONES”

Incluso como “terapia de grupo” se pueden desarrollar sesiones en las que personas explican y comentan sus sensaciones y emociones respecto a anécdotas o hechos sucedidos, preferentemente en común con otras personas.

Antes de indicar directamente una emoción se pueden realizar preguntas tipo:

¿Cómo crees que se sentía …?
¿Qué crees que pensaría…?

El objetivo es revivir situaciones en los que se expresen sentimientos de una persona y en las que cualquiera se pueda ver envuelto/a, resumiendo los que tienen una mayor afinidad y reflexionando sobre los menos comunes.


“JUEGOS DE ROLES”

Adaptar roles distintos a los habituales con el objetivo de experimentar sensaciones desde otro punto de vista (realizar clases como alumno es la mejor opción en nuestro sector) para tomar conciencia de sentimientos que habitualmente no son propios.


“ADIVINAR LOS SENTIMIENTOS”

A partir de “Expresión de emociones” puedes buscar una situación, experiencia o anécdota en común y, por separado escribir las emociones y sentimientos que se nos han pasado por la cabeza durante la situación. Después intercambiar y buscar los puntos en común entre ambos y los más distantes.

Se puede tomar este último juego como una evaluación. Realizarlo al principio de un periodo de trabajo de la empatía y al final, para comparar nuestra propia evolución en este caso.


FALTA DE EMPATÍA

¿Existen casos exagerados de falta de empatía? Sí, por ejemplo, la alexitimia y la psicopatía:

La alexitimia es un trastorno emocional por la cual, quien la padece, pierde totalmente la capacidad de reconocer, identificar y expresar emociones, tanto propias como ajenas, así como sentimientos, llegando a tener dificultados también para expresarlos. Se puede dar en distintos casos, los más curiosos son durante o después de períodos de ansiedad o depresión.

En el caso de los psicópatas (ya sean violadores, pederastas, asesinos en serie…) uno de los síntomas que se ha dado más en común durante su estudio es, precisamente, el de una falta total de empatía respecto a las víctimas. La incapacidad de visualizar el dolor de las víctimas los lleva a realizar los delitos en ocasiones con una frialdad absoluta.

Supongo que el término alexitímico no lo conocías, pero… ¿no te has sentido en más de una ocasión durante tus clases como un auténtico psicópata con los alumnos? Yo sí.




BIBLIOGRAFÍA:

“Inteligencia emocional” Goleman, D.
“La otra inteligencia”. Lynn, A. (Nueva York 2005) Editorial Empresa Activa.
“El problema de la empatía” Stein, E. (Alemania 1916) Editorial Agapea.
“Manual del Entrenador Personal: Del fitness al Wellness” Isidro, F. & Varios autores (Barcelona 2007). Editorial Paidotribo.
“Manual avanzado de Entrenamiento Personal FEDA” Deltell, F (Barcelona, 2.006). Pendiente publicación.
www.inteligencia-emocional.org
http://www.oriapat.net/Formakuntza/documents/EMPATIA.ID.ppt

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